Día 17 – los niños se buscan

Tenemos la fortuna de contar con una terraza en casa, que utilizamos en lugar de jardín pues vivimos en el último piso de una casa de 3 familias. Si no llueve intentamos salir todos los días un rato a tomar el aire, el sol y a jugar un rato con los niños.

En uno de estos días, me he dado cuenta que la niña no conocía las burbujas de jabón así que sacamos un pequeño envase con jabón que le habían regalado hace un par de semanas y descubrimos una nueva actividad, pues es algo que los dos disfrutan por igual. Alguna vez mi hermana comentó lo feliz que se es al soplar burbujas de jabón para una persona pequeña y efectivamente así me senti, ver esas sonrisas sinceras y llenas de inocencia me lleno de amor el corazón.

En nuestro barrio viven muchos niños que comparten o han compartido guardería por la cercanía de la misma a nuestras casas, es por eso que casi todos se conocen. Estando en la terraza, soplando las burbujas llegaron dos amiguitos de mi hijo, que estando en la calle, un piso más abajo de nosotros, disfrutaban igualmente tratando de alcanzarlas. A distancia de cerca de 3 metros, los niños se buscaban, querían estar cerca, lo preguntaron varias veces a su mamá y a mi, con la intención de poder jugar un poco juntos después de tantos días sin estar con sus amigos. A ambas se nos partía el corazón al tener que decirles que no. Ellos a su manera idearon un juego que se podía jugar en esas condiciones. Fue increíble comprobar los flexibles que son, su adaptación es algo maravilloso. Nunca deberíamos dejar de ser niños.

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