Como primera medida para el restablecimiento de la economía y la vida como la conocíamos antes, Alemania ha decidido abrir los comercios pequeños de menos de 800mts2, siendo de los primeros países europeos con confinamiento en dar el paso.
Mi familia inauguró la medida sin mucho planearlo, durante un paseo de bicicleta cerca de cuyo recorrido había varios locales comerciales. Esposo y bebé fueron a comprar zapatos no térmicos a la niña, que ya no tenía. Que si era imprescindible? No, no lo era, pero si que era importante pues corría con zapatos para invierno a 28C.
Lo interesante es la organización de los comercios. A la entrada hay una bandeja con tags de seguridad que suenan cuando te acercas a la puerta, y cada persona coge uno al entrar y lo devuelve al salir. Recuerdas devolverlo, porque suena. Fácil y eficaz medida para asegurar el aforo.
Como buenos alemanes, respetaron las reglas y sobre las 11 am ya había unas 3 personas esperando a que alguien saliera para entrar a la zapatería.
Esta anécdota más bien simple, me lleno de esperanza, me mostró que la gente quiere volver a vivir, con cuidado, pero sin miedo. De tener miedo, no habrían salido a hacer fila para comprar zapatos el primer día de apertura. Tengo fé.




